“Carpe diem: Vive el momento”

Hace unos días un amigo, al que aprecio mucho, me recordó la frase “Carpe diem” cuando el mismo reflexionó que tenía que empezar a aplicar esta filosofía. Yo que, le estaba dando consejos de como debe aprender a dar prioridad a las cosas más importante en su vida, le dije enseguida que era un buen tema para escribir un artículo. Me bailaba en mi mente toda la danza poética de las “Odas”, escritas por el poeta latino Horacio. ¿Cuál sería el contexto en el que le aconsejó a su amiga Leucone que viviera el momento? Pensé que Horacio nunca estuvo lejos de ser un visionario de su tiempo y de los tiempos futuros. Para nuestra generación el reloj ha pasado a ser una herramienta fundamental. Todo se mide con relación al tiempo. Son más los que corren en contra de las manecillas del reloj que los que van a favor. En esta carrera contra el tiempo se olvidan muchas cosas. Los detalles esenciales de la vida pasan desapercibidos. El trabajo, por ejemplo, se ha convertido en la prioridad número uno de nuestras vidas. Nuestras manecillas giran en torno al trabajo. Así se nos va nuestro momento. Y, es cuando empiezan nuestras crisis existenciales en nuestras vidas. Nos quedamos vacíos y no tenemos un centro a donde dirigir nuestra mirada o encontrarnos nosotros mismos. Nuestras vidas pierden sentido. Vivir el momento, es vivir el presente. Es vivir ese minuto que está marcando el reloj en este mismo momento. ¿Has pensado cuantas cosas suceden en un minuto? Pudiéramos enumerar miles de eventos que se suceden de manera sincronizada en nuestras vidas y que, nosotros ni por enterados nos damos. Digamos que a las 6:01 am, el sol asoma su cabecita por el horizonte; en ese mismo momento el gallo anuncia el amanecer y los pájaros cantan una alabanza a nuestro Dios. Tú despiertas porque en ese mismo minuto, tu corazón late a ochenta pulsaciones por minutos. En ese mismo instante, también puedes dar gracias a Dios porque estás vivo mientras que, una vida muere. Y así van sucediendo diferentes eventos en nuestras vidas. El darte cuenta de lo que sucede a tu alrededor es estar alerta; es despertar. Despertar del sueño de estar viviendo en el pasado y en el futuro. El presente es nuestra única realidad. Esa realidad que nos llama a dedicar más tiempo a nuestra familia y a pedir perdón antes de que sea tarde. Nuestro presente nos invita a cambiar nuestros estilos de vida. En este mismo momento, en el que leemos este artículo, podemos dar esas gracias que nunca dimos o decir ese te amo que nunca dijimos. Vive el momento como si fuera el último de tu vida. No dejes de hacer las cosas que más te apasionan en esta vida. Recuerda que cada día tiene su afán y que, el futuro es siempre incierto. Lo que importa es el aquí y el ahora. Y, a ese amigo querido y a ustedes le digo las mismas palabras que dijo Horacio a su amiga: "Carpe diem, quam mínimum credula postero

”

. Esto es, “Aprovecha el día de hoy; confía lo menos posible en el mañana”.

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