sábado, 31 de agosto de 2024

“Otro año de unidad en La Caridad”


Foto: Nelber Gonzalez

Nuevamente, como cada año, nuestra madre del cielo sale a visitar a sus hijos. Literalmente, Cachita, como la llamamos cariñosamente los cubanos, paró el tráfico. Las calles de Miami se vistieron de honor para recibir a quien nos trae unidad, nuestra querida Virgen de La Caridad.

A su salida del Santuario Nacional, el cielo lloraba de alegría. Y es que, una madre siempre llora por sus hijos. Sus lágrimas fueron como una bendición caída del cielo. En todo momento, la naturaleza nos recordaba su regocijo. Un detalle que no se dejó escapar fueron los pájaros danzando, sobre la imagen de La Virgen, a nuestra llegada a Santa Ágata.

La acogida, el compartir y el abrazo fraterno se hicieron eco durante la procesión. Símbolos de la idiosincrasia del pueblo cubano que reflejan el amor con la que nos ha educado nuestra querida madre, La Virgen de la Caridad. Bajo su manto, no hay diferencias porque todos somos sus hijos. El cafecito cubano no se quedó atrás, también nos acompañó.

Cada una de las paradas fue un llamado a la oración constante. Ya nuestra “Cachita” no es solo de Cuba. La virgen mambisa, que también es exiliada, es de todos aquellos que han dejado sus países para llegar a tierra de libertad. En un solo grito se unieron cubanos, venezolanos y nicaragüenses pidiendo a la madre su intersección, ante su hijo Jesucristo, por la libertad de nuestros pueblos.

¡Virgen de La Caridad, ruega por nosotros! ¡Virgen de La Caridad, salva a Venezuela y a Nicaragua! ¡Virgen de La Caridad, salva a Cuba! Este fue el grito que matizó la procesión de este año. Grito esperanzador a nuestra madre de la esperanza. De esta manera, se vivió otro año de unidad en La Caridad.

Ana Yaheli 

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